En el último tiempo, de Europa han salido grandes series: Alemania volvió a todos locos con Dark, Inglaterra tiene Requiem y Holanda ahora sorprende con Ares.

Esta última, acaba de estrenarse en Netflix, con una trama plagada de misterios e intrigas, que atrapa con cada uno de sus ocho capítulos.

La historia es la de una organización llamada Ares, plagada de secretos, en la que vemos inteactuar a gente poderosa, con prácticas que ocultan con recelos.

Recuerdan a lo que se cuenta de los Iluminatis y también a la sociedad secreta de Ojos bien cerrados, la última película de Stanley Kubrick, con la que también comparten una estética común.

Asesinatos, luchas de poder y un misterio sobrenatural son algunos de las cosas que esconde este grupo.

Un misterio holandés

Conocemos algo más de Ares a través de Rose, la joven protagonista de la serie.

Hija de una madre con problemas mentales y parte de una familia de clase media, Rose entra a esta organización para codearse con los hijos de los élite holandesa y así poder mejorar su vida.

Buscando hacerse un lugar en este grupo poderosa, logra destacar entre ellos gracias a su astucia y sangre fría.

Junto a ella estás amigo Jacob, quien la introduce a la organización, aunque esto pasa sin quererlo.

Por el contrario, Jacob, miembre de Ares y de una familia de gran reputación dentro de esta, está buscando salir, sobre todo al notar lo extraño. Pero es salida no será fácil.

Cada capítulo -que son cortos, de entre 20 y 30 minutos- crea más y más adicción, lo que la hace que este serie sea ideal para maratonear en una tarde.

Además, su oscuridad y misterio, la convierte en una gran producción y permite a Holanda entrar en la liga de las series imperdibles de Netflix.

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