El trabajo de Verônica Torres en una comisaría de São Paulo era registrar los delitos y los datos de la investigación, sin involucrarse directamente en los casos. Hasta que todo se alteró de improviso, como lo muestra el primer capítulo de Buenos días, Verônica.

La nueva serie policial brasileña de Netflix que lleva a la pantalla la novela Bom dia, Verônica, de Andrea Killmore -seudónimo de la criminóloga Ilana Casoy y el escritor Raphael Montes-, que se convirtió en superventas en Brasil tras su lanzamiento en 2016.

Y es en su mismo puesto de trabajo que Verônica (Tainá Müller) es testigo del repentino suicidio de una joven que la impacta y la lleva a pedirle a su superior y padrino, el Inspector en Jefe Carvana (Antônio Grassi), que la deje investigar el caso.

Así es como descubre que la víctima, Marta Campos (Julia Ianina), trabajaba en una oficina de arquitectos y había sido engañada por un hombre que contactó a través de un sitio de citas en internet. El mismo que la drogó y timó económicamente.

De manera paralela, el espectador también conoce a una pareja que llega a su casa desde el hospital. Ella se llama Janete (Camila Morgado) y sufrió un aborto espontaneo que, como le afirma su marido, Claudio Brandão (Eduardo Moscovis), no ha afectado su matrimonio.

Violencia y engaño

Pero pronto se ve cómo él ejerce violencia psicológica contra ella, controlando todos sus gastos hogareños, no dejándola comunicarse con su familia y sacándole en cara que comete errores muy seguido, entre los que incluye el que no pueda ser madre.

Sin embargo, esto no es lo peor de la personalidad de Brandão, ya que también es un psicópata que ataca a jóvenes desprevenidas. Como Deusa (Pally Siqueira), una chica recién llegada de un pueblo a la ciudad que él rapta con la ayuda de su sometida esposa.

Y mientras este matrimonio continúa con su desquiciada rutina, Verônica avanza en su investigación y un llamado, que ella hizo por TV para que las mujeres maltratadas contacten a la policía, hace efecto y aparece otra víctima engañada tras una cita romántica.

Sus pistas conducen a un estafador profesional, por lo que el caso de Marta parece estar bien encaminado. Pero sucede algo más: Janete se comunica con el teléfono de Verônica en la delegación, identificándose sin dejar ningún mensaje.

Tras saber de la llamada por un colega y que éste rastree la dirección de donde vino, Verônica llega a la casa de Janete y Brandão, quien, como ella lo descubre en el lugar, es un oficial de la policía militar brasileña que maltrata a su esposa.

Contra el maltrato

Así, con Verônica decidida a dar lo mejor como policía en dos casos unidos por la violencia de género -que además pondrán en peligro su vida y afectarán sus relaciones familiares-, se van desarrollando los ocho episodios de Buenos días, Verônica, serie dirigida por José Henrique Fonseca.

Un espacio crudo y directo, que en cada emisión va mostrando al público tanto las vivencias de su protagonista como también las de su principal y elusivo antagonista, Brandão, quien utiliza su aguda inteligencia para someter a su mujer y esquivar a la justicia.

Pero también aparece un enemigo dentro de la misma fuerza policial que desata un torbellino de sucesos inesperados para Verônica, que desembocan en su encuentro con el lado más oscuro del corazón humano y, en especial, del machismo reinante a su alrededor.

De esta manera la producción hace visible el drama de la violencia contra las mujeres no solo en Brasil sino también el resto de Latinoamérica, región en que se encuentran algunos de los países con los índices más altos de femicidios, entre los que también se cuenta Chile.

Lo que hace de Buenos días, Verônica una serie muy efectiva en el tratamiento del género policial como también de temas demasiado contingentes. Una aguda y conmovedora adición al catálogo de series policiales de Netflix, con talento y valentía brasileños.

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