1. Visitar el mejor hotel de lujo de Chile
Según muchos, el mejor y más lujoso hotel del país está en las afueras de Puerto Natales, específicamente en Puerto Bories, a orillas del Canal Señoret.
Su nombre es The Singular Patagonia y está construido sobre un antiguo frigorífico declarado Monumento Nacional, en una construcción que combina lo partrimonial con toques de modernidad.
Lo mejor de todo es que si no hay posibilidades de alojar ahí, se puede recorrer un museo en que se recuerda el pasado de ese simbólico lugar de Natales, reservar en su extraordinario restaurante o dar una vuelta por su magnífico bar.
En esta nota, toda la info sobre The Singular Patagonia.
2. Probar gin en una destilería única
Se llama Last Hope, una mini fábrica de licores, la más austral del mundo, donde se produce y se puede probar gin hecho con hierbas y frutos de la Patagonia.
Fue idea de los australianos Kiera Shiels y Matthew Oberg, quienes se conocieron hace cuatro años recorriendo como turistas la región. Ellos decidieron quedarse y crear esta destilería, que abrieron hace un año y medio.
El lugar funciona como bar, con una entretenida carta de cocteles y de platillos para acompañar. Pero lo más entretenido de todo es que los dueños hacen tours para explicar de primera fuente cómo hacen sus destilados.
En esta nota, más información sobre este local único.
3. Ir por un barquillo de calafate
La Gelatería Aluén abrió en 2013 y desde un comienzo destacó por sus exquisitos helados artesanales, sobre todo de sabores locales, como calafate (parecido al arándano, pero más suave), murtas (con un dejo terroso) y frutos del bosque de la Patagonia (frutillas, grosellas, calafate).
Un local en pleno centro de Puerto Natales abierto durante todo el año, donde hay alternativas veganas, sin gluten y sin azúcar. Ahí, el helado simple cuesta $ 1.900.
Aquí, más datos y detalles sobre Aluén.
4. Tomar el mejor café de la Patagonia
Pasar por Holaste!, una pequeña barra cafetera en el centro de Natales, se ha hecho una costumbre para locales y turistas, porque las preparaciones de ahí son de clase mundial, como lo corroboran los extranjeros que las prueban.
En este lugar sólo ocupan granos premium. Siempre hay cuatro variedades para filtrar a mano —provenientes de países como Burundi, Ruanda y Perú— y otras dos para la máquina de espresso.
Otra cosa muy entretenida de este rincón es que cada vez que preparan una taza, los dueños explican a sus clientes todo el proceso, desde la procedencia de los granos hasta cómo se usan las máquinas de filtrado.
En esta nota hay más detalles de Holaeste!
5. Conocer el bar más sustentable de Chile
Un bar que usa piedras en vez de hielo y pequeños tubos de cobre en vez de bombillas. Así es Pionero, el bar más sustentable de Chile que queda en el Hotel Las Torres, a los pies de las Torres del Paine.
Un lugar que sorprende por su excelente coctelería y por el cuidado por el medio ambiente que le imprimen a sus preparaciones, todas a cargo de los bartenders uruguayos Federico y Maximiliano Gil.
6. Comer sin apuros en el centro
Aldea es un restaurante en el centro de Puerto Natales cuya gracia es que ahí se cocina slow food, es decir, platos que se hacen y se prueban sin apuro.
Es un local rústico y acogedor, con sólo ocho mesas y un menú que incluye solamente productos estacionales, nada de congelados.
Una buena recomendación ahí es el “boquerón pejerrey”, pescado que se cocina por hora y media en vinagre de manzana y luego 45 minutos más en aceite de oliva ($ 7.500). O el “guanaco braseado”, sobrecostilla del guanaco cocinada por horas en una reducción de caldos ($ 15.000).
En esta nota puedes saber más sobre este local.
7. Recorrer el Parque Nacional Torres del Paine
Por último, pero no menos importante, si vas a Puerto Natales no puedes dejar de visitar este tesoro natural escondido 80 kilómetros al noroeste de la ciudad.
Hay excursiones que toman varios días y que requieren de reservas previas, sobre todo en esta época, llena de turistas. Pero también hay paseos cortos, como la caminata al Mirador de los Cuernos del Paine, que se puede hacer incluso con niños.
Otra opción es hacer el Sendero a Base Torres, que toma más o menos cinco horas (ida y vuelta), con bastante pendiente en algunas partes y un último tramo bien exigente trepando entre rocas para llegar a la base de las tres Torres del Paine y verlas en todo su esplendor.
Es uno de los senderos de trekking más transitados de Chile y por eso presenta mucha erosión. Así, se creó la campaña Tu Mejor Huella Para el Paine, para restaurar y reconstruir el Sendero a Base Torres en los próximos años. Cualquiera puede cooperar en la web de la iniciativa.