Hay un nuevo imperdible CV Galería, el bulevar conocido por lugares como Lolita Jones y La Picantería. ¿Su nombre? Barra La Java.
En el piso -2 encuentras este bar y restaurante bien juguetón, con javas de colores a la vista -de ahí su nombre, que tiene el sello de Gino Falcone y Jose Salkeld, dos nombres que probablemente reconozcas por cocinas sabrosas y atrevidas como la de Sarita Colonia.
De hecho, al igual que en Sarita, la cocina está a cargo de Juan Andrés García, el chef peruano que en 2012 ganó el Rocoto de Oro al Mejor Joven Cocinero del año en la feria Mistura, la más famosa de Perú.
Claro que en Barra La Java ofrece una versión distinta, es decir, más peruana, de barrio y emotiva, con una carta donde reinan los ceviches, tiraditos, sándwiches.
También platos caseros de toda la vida, como el tacu tacu ($ 13.900), esa maravilla de arroz y porotos, que aquí llega doradito y cremoso por dentro, hecho con un sofrito de ají amarillo, cebolla y ajo.
Y encima lleva un picante de mariscos, con pulpo, calamares y ostiones, que baña este tacu tacu, con su juguito enjundioso y fondo de mariscos como la almeja al vino blanco y toque de ají amarillo con ají mirasol.
Barra La Java: fiesta con sazón peruana
En Barra La Java es imposible no tentarse con alguno de los ceviches, como el de la pesca del día con chicharrón ($ 14.900), que puedes ser con róbalo, por ejemplo, con una fresca leche de tigre -de jugo de limón, ajo, apio y ají-, con un toque de cilantro, pasta de rocoto y chicharrón de calamar, más la canchita, yuyo y camote.
También con el sánguche de pejerreyes ($ 10.900), de pejerreyes rebozados en ají amarillo y salsa de soya, fritos con pan rallado para que quede crocantito, más mayonesa acevichada y una criolla de cebolla morada.
Todo dentro en un pan ciabatta aireado y de corteza crujiente, hecho en el lugar,
Otra de las preparaciones de Barra La Java que llega directo al corazón es el arroz con chanchito crocante ($ 12.900), un chanchito de más de cuatro horas de cocción, que le da esa corteza crujiente y carne blanda, con su toque de ají panka, mirasol, criolla de palta rabanito y cebolla. Y trae todo el juguito de la cocción.
Pura sazón peruana son también las papas rellenas ($ 11.900),,en base a una una masa de papa amarilla y yuca, relleno de pino de carne de vacuno y cerdo, con cebolla ají panka, maní, pasas y huevo cocido, que viene con salsas criolla y huancaína.
Para acompañar hay una carta de cocteles clásicos con toque de autor, con juego propio, como el sour peruano La Java ($ 5.900), dulcecito y peligroso, o el refrescante chilcano ($ 6.500), en base a pisco, limón y ginger ale.
¿Y qué pedir de postre? El suspiro limeño ($ 7.900), de tamaño digno de compartir, o la crema volteada ($ 7.900), bien casera.