Este lunes 15 de abril es el Día de la Cocina Chilena y aquí te contamos de picadas y restaurantes, algunos emblemáticos y otras novedades, para celebrar con todo el sabor del territorio nacional.

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La Olguita

La Olguita o Desayunos Olguita se ubica en el local 98 de La Vega Chica, el recinto conocido por sus cocinerías, comida rica y abundante, que está entre el Mercado Tirso de Molina y La Vega Central. Al que entras por Artesanos 719, en Recoleta.

Y, lo que ahí encuentras, son los desayunos de Rosana y Patricia Ortega García, quienes siguen la tradición de su mamá, Olguita de las Mercedes Rodríguez García, a quien recuerdan y honran con una foto, puesta en un sitial de honor, en plena cocina.

Es más, probablemente tendrás que hacer fila, para sentarte en esta barra y probar sus desayunos que gritan cocina chilena. Partiendo por sus sopaipillas ($ 400 c/u), recién hechas, con harto zapallo camote y buena manteca.

Y, las puedes pedir en un buen sánguche de pernil ($ 4.000), abundante y de muy buena calidad, al que le puedes agregar palta ($ 500).  Más un café ($ 800), té con leche ($ 1.000) o Milo ($ 800), por ejemplo.

Además de la paila de huevos ($ 2.400), que puedes pedir con queso o jamón, o si prefieres las tostadas ($ 1.000), en marraqueta con palta.

Malakita 

Malakita es el restaurante que abrió a fines de 2021 al interior del Hotel Wyndham Pettra, en Lo Barnechea, el chef Claudio Úbeda, el mismo que en 2017 recibió el premio de Cocina Chilena Destacada del Circulo de Cronistas Gastronómicos.

Es más, se trata de un amplio restaurante con terrazas y agradable brisa donde puedes probar su carta inspirada en la cocina chilena, con todo el sabor de la memoria, más un toque de autor.

De hecho, puedes tentarte ya de entrada, con su Versión de la Chorrillana Porteña ($ 12.900), con papitas chilotas fritas, láminas de filete, cebollas caramelizadas en vino late harvest y huevos de codorniz fritos, que viene con el pancito de la casa y distintas salsas para untar.

También su versión de Palta Reina ($ 11.900), que es una palta frita, rellena de pollo desmenuzado, con lechuga y aire de mayonesa casera al merken ahumado; o platos como el Asado de Tira ($ 18.900), hecho en cocción lenta, que viene con pastelera de choclos , tomates confitados y clorofila de albahaca.

Además ojo, que este viernes 12 de abril, hay una cena especial para homenajear el mes de la cocina chilena.  Se trata de un menú degustación, que parte a las 7 PM, y promete dar un mordisco a todos los sabores de Chile en la mirada de 12 cocineros. Cuesta $ 50.000 y puedes reservar aquí.

Es más, se enmarca dentro de Chile Te Quiero Comer la alianza entre instituciones, asociaciones y organizaciones del sector turismo, gastronomía y hotelería, que busca promover y valorar la cocina chilena. 

Por lo que, en la cena de Malakita, además de la mano de Claudio Úbeda, podrás probar la de Álvaro Barrientos, Ignacio Morales , Franziska Rösner y la coctelería de Pobre Vermut por ejemplo. Mira todo el detalle y reservas aquí.

Ciro´s

Ojo que no te hablamos del entrañable Ciro’s, la Fuente de Soda que desde 1962 encuentras en el Paseo Bandera y que sin duda merece visita, sino de la versión de “Comida Chilena y de Ultramar” que desde 2018 encuentras en Av. Isidora Goyenechea, barrio El Golf.

Y,  que dio un giro a su propuesta gastronómica, a cargo de Mercedes Cuadra y Juan Pablo Mellado, el mismo chef que pudiste probar en locales como Las Cabras Fuente de Soda y ahora puedes ver en programas como A la mesa del cocinero, de Cocina Viva.

De hecho, la gracia es que encuentras los clásicos de siempre, como el sanguchito de pierna ($ 8.300), de cerdo con tomate, mayo casera y ají verde, en esa marraqueta untada en el juguito de la carne; o la Cola de Mono ($ 3.500 la copa), casera y todo el año.

Además de una propuesta de “Comida rica” y bien chilena, como la Plateada de San Fernando (15.900), que apuesta por ser la mejor de la ciudad, y es una delicia con todo y su grasita, hecha al horno por cuatro horas para que quede blandísima, con un poquito de vino blanco y todo el sabor a campo.

Y, que queda de lujo si la acompañas con puré picante ($ 3.500), hecho con harta mantequilla, o papas fritas ($ 3.900), deliciosas, bien caseras.

El Ancla

El Ancla  es el restaurante conocido por sus pataches marinos y que está a cargo de los hermanos Gabriel y Mauricio Bustos. Los mismos que trabajaros en el Terminal Pesquero, por lo que son los reyes de los pescados y mariscos frescos.

De hecho, el local original está en La Cisterna, aunque en 2011 abrieron un segundo local en Providencia, en calle Santa Beatriz, amplio y con piscinas desde donde sacan productos fresquísimos, como ostras y ostiones.

Y, si hablamos de cocina chilena, imposible dejar de lado los clásicos marinos que aquí encuentras, como el Pastel de Jaiba ($ 14.900), que llega en librillo de greda humeante y con una muy buena cantidad de carne de jaiba de Ancud. Elegido por Taste Atlas como uno de los 10 platos de cangrejos mejor valorados del mundo.

También las machas a la parmesana ($22.900, 20 unidades); o las almejas al matico ($10.900).

Es más, si se trata de novedades, prueba los nuevos platos de la carta, inspirados en clásicos de la cocina chilena, como la Chorrillana de caleta ($16.900) con papas fritas, cebolla caramelizada, salmón, camarones ecuatorianos y dos huevos fritos; o el Pil Pil Mar y Tierra ($20.900), con filete, camarones y champiñones al pil pil.

El Portal Ex Bahamondes

Y, si hablamos de cocina chilena, imposible dejar de lado el popular completo. Más si para ello, revisitamos a El Portal Ex Bahamondes, el clásico en el Portal Fernández Concha, al frente de la Plaza de Armas, el Km 0 de Santiago, y la cuna del auténtico completo italiano.

Es que, ahí nació el más popular y democrático de los sánguches chilenos, el mismo que está inspirado en el hot dog de las calles de Estados Unidos.

Es más, de ahí trajo la idea Eduardo Bahamondes, quien en 1930 abrió, según los registros, un quiosco modesto en la afueras del Portal Fernández Concha y que inicialmente bautizó como Quick Lunch Bahamondes.

De hecho, más allá de la historia, hay varios hitos que hacen de este completo un baluarte de la cocina nacional. Primero la salchicha, hecha especialmente por cecinas San Jorge para este lugar. Segundo el pan, crujiente por fuera, hecho en el día, en el subterráneo del Ravena, local hermano, ubicado en el mismo Portal.

Y, tercero, aunque de vital importancia, la mayo casera, que es de papa, más cremosa, adictiva, aunque también puedes pedir la tradicional.

Por último, tiéntate con  el Italiano ($ 3.500); o el Completo ($ 3.600), con tomate y chucrut. Incluso con alguno en versión gigante (desde $ 2.900).

El Pipeño

El Pipeño, o Portal de Latas, es un restaurante y cantina con más de 60 años de historia, que abrió en 1962 en la esquina de la calle Tocornal con Biobío, en barrio Franklin, a cargo del matrimonio Pérez-Alarcón.

Y, que se ha hecho famoso, por que ahí encuentras uno de los mejores terremotos de la zona, que puedes pedir en formato individual ($ 2.500) o jarra ($ 6.500). Hecho con un pipeño, vino dulce de la Viña Santa María de San Javier, parte primordial de su oferta.

Además de una carta de cocina chilena, icónica de lo rica y abundante. Como el Costillar ($ 6.000), digno de compartir, de carne suave, jugosa, dorada, con ese aliño de orégano y ajo tan propio nacional.

El que se acompaña de papas cocidas y queda delicioso si agregas las cebollas en escabeche ($ 2.500), infaltables del local.

También los Porotos granados ($ 4.500); o la Cazuela ($ 5.000), que puede ser de osobuco, imposible más sabrosa.

La Piojera

“El que no vino a La Piojera no vino a Chile” dice  uno de los tantos carteles que hay en las paredes del famoso y popular bar de calle Aillavilú, a la salida del Metro Cal y Canto.

Y, que es uno de los más antiguos del país. Ya que fue en 1916, cuando don Carlos Benedetti Pini adquirió este cantina, que hoy administra la tercera generación de su familia.

La misma cantina a la que en 1922 llevaron al presidente Arturo Alessandri Palma, visitada por ministros y funcionarios de gobierno, y que al verla exclamó: “¿Y a esta piojera me han traído”?

De hecho, si se trata de tradición, no puedes dejar de probar el Terremoto ($ 3.500), que aquí se hace con vino pipeño que traen directamente desde Portezuelo, en la Región del Ñuble,  almacenan en un estanque y luego pasa por un enfriador. Más helado de piña y granadina o fernet si lo prefieres más amargo.

Y, que puedes acompañar  arrollado, hecho en el local, de tierna pulpa de cerdo, que puedes pedir en media porción ($ 10.000) o entero ($ 17.500), acompañado de papas cocidas con salsa verde de la casa o papas fritas ($ 18.000).

También el Pernil ($ 17.000), que viene con papas cocidas y es de todas maneras un plato para compartir; o la Pichanga ($ 10.000), el imbatible surtido de arrollado picado, queso, pickles y aceitunas.

Maestranza

Maestranza es el local de cocina chilena pulenta, sabrosa y generosa, que abrió en barrió Fanklin en 2015 y que ahora encuentras MUT, el Mercado Urbano Tobalaba, recinto comercial de Las Condes que hasta tiene una conexión directa con el Metro.

Y, donde también encuentras maravillas como las Empanadas de Huentelauquén.

Es más, el local de Maestranza, está en el  nivel -2, con el mismo sello de cocina de mercado, muy de casa, guisos y estofados, atendido por sus propios dueños, Paulina y Francisco. Más la estética que es su sello, dada por sus manteles de hule, juguetes vintage y un pared , con frases populares  como  “guatita llena, corazón contento”.

Y, donde puedes probar platos como Elvis-tec con puré y huevo frito ($ 11.900), un bistec de vacuno a la plancha, con puré de papas casero y un huevito frito; o las panitas de vacuno a la plancha ($ 8.900), que vienen con un arroz tipo risotto de zapallo camote.

También de temporada, como porotos granados ($ 6.500), o tomaticán con arroz y papitas ($ 8.900). Ojo, que para tomar, hay té helado casero y opciones como mojito sin alcohol.

Antigua Fuente

Las fuentes de soda son un todo un emblema y corazón de la gastronomía nacional, y la Antigua Fuente con sus más de 50 años de historia, un hit en lo que a sanguchitos se refiere. Te hablamos del emblemático local ubicado a pasos de Plaza Baquedano, que es puro patrimonio gastronómico.

Y, que se identifica por la atención en la barra, por ese pan amasado hecho en el lugar, la mayo casera y la carne procesada en el lugar.

Además de recetas emblemáticas como el Rumano, esa hamburguesa hecha a la plancha que combina carne de vacuno y cerdo, con aliños como ajo y ají, como el Rumano completo ($ 9.400) con chucrut, salsa de tomate natural, mayonesa casera y el pan amasado que como te contábamos se hace a diario.

También el Lomito Italiano ($ 11.100), con esas sabrosísimas láminas de lomito de cerdo guardadas en su jugo,  acompañadas de tomates, palta, mayonesa de la casa y el pancito amasado.

Willimapu

Willimapu está dentro de la Galería La Curtiembre, en pleno barrio Franklin, y lo que ahí encuentras, son las recetas ancestrales de la cultura williche, los mapuches de la zona más austral de Chile.

Es más, se trata de una cocina abierta, a cargo de María Angélica Quintul y sus hijos. Es ella quien viaja todas las semanas a La Vara e Isla Tenglo, frente a Angelmó, en Puerto Montt, su tierra natal, en busca de sus materias primas.

De hecho, trabaja con cooperativas y pequeñas comunidades, para así obtener los huevos de gallina collonca, hojas de nalca o pangue, además de la murta y distintos tipos de algas, como la carola, chicoria, luche, Luga cuchara y lechuga, ingredientes vitales para su cocina.

Y, en donde puedes probar el Ceviche Mixsur ($ 11.000), con la pesca del día, mix de algas y piures crocante, más tostadas de la casa; o el Pulmay ($ 13.000), el curanto en olla, con mariscos, carne ahumada, trozo de longaniza, milcao, chapalele, papa, pollo y su caldito enjundioso.

Otro insuperable, es la Cazuela sureña de mar y tierra ($ 10.000), con cholga seca ahumada, piure, luche, cochayuyo, verduras y sapones, que son unas masitas de harina y huevo.