Cualquier época del año es ideal para escaparse a recorrer estas viñas cerca de la capital. Las que recomendamos aquí ofrecen tours que juntan aire libre, gastronomía y, por supuesto, vinos de calidad excepcional.

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Cousiño Macul

La que abre este listado de viñas tiene una gracia: se ubica en medio de Santiago y a ella se puede llegar fácil en Metro u otro tipo de locomoción colectiva.

Es una con más de 100 años de tradición, que se remontan a mediados del siglo XIX, cuando el empresario minero de Lota, Matías Cousiño, compró 1.000 hectáreas ahí, en lo que ahora es Peñalolén.

Al morir tempranamente, todo quedó en manos de su su hijo Luis, quien junto a su esposa Isidora Goyenechea comenzó a plantar vides de cabernet sauvignon y merlot que importaron desde Francia.

Hoy en este campo en que se producen varios de los vinos premium  de la marca y donde ofrecen distintos tipos de tours.

Entre ellos uno en bicicleta, para conocer los viñedos, sus parques, las bodegas centenarias construidas con ladrillos pegados con clara de huevos (el famoso cal y canto) y las cavas subterráneas que datan del siglo XIX.

Viña Matetic

Dentro de sus más de 10 mil hectáreas de superficie, la Viña Matetic tiene varios atractivos, desde un precioso hotel boutique hasta un restaurante frente a una laguna.

Ubicada en la comuna de Casablanca, en medio del valle del Rosario, a poco más de 90 minutos de Santiago, desde 2014 que ahí producen sus famosos vinos siguiendo los principios de la agricultura biodionámica, donde cada elemento del entorno influye en el proceso.

Un concepto que aprenderás también en su tours, que se ofrecen de lunes a domingo, ideales para escaparse a disfrutar de buenos vinos.

Si vas por el día tienes la opción de tomar su tour museo + degustación ($ 30.000), que incluye un recorrido por la viña más un degustación de cuatro vinos, dos de su líne EQ y dos de Corralillo, además de una tabla de quesos.

Mucho mejor si se quedan en algunos de sus alojamientos, como el hotel boutique La Casona, las Tiny Cabins o en Indomo, donde descansar rodeados de árboles nativos.

Las reservas para tours y alojamientos se realizan en su web.

Viña Haras de Pirque

El Valle del Maipo es una de las zonas vitivinícolas del país con la mayor cantidad de viñas abiertas al enoturismo y una de las imperdibles es la Viña Haras de Pirque.

Las que se ubica a 45 minutos de Santiago, en la localidad de Pirque y en la ladera de una colina a los pies de la Cordillera de los Andes.

Ahí, se encuentra desde 1991, cuando Eduardo Matte instaló la viña en una propiedad de más de 100 hectáreas donde está uno de los criaderos de caballos de fina sangre más antiguos del país.

Tradición que está presente no solo en el nombre de la viña, sino también en varias de su particularidades, como la arquitectura de su bodega, que tiene forma de herradura.

Y sus diferentes rincones, como la bodega subterránea, los puedes recorrer, ya que está abierta al público.

No solo a través de sus tours, que se realizan de lunes a sábado (desde $ 22.500), sino también con su restaurante, que reabrió sus puertas tras un par de años cerrado.

El que puedes ir a probar antes o después de algunos de los tours o llegar directamente y disfrutar de las increíbles vistas que ofrece, con una terraza y un salón con grandes ventanales desde donde aprecias el valle del Maipo y las extensas plantaciones de vides de la viña.

Veramonte

En los pies de la cordillera de la Costa se encuentra la viña Veramonte, una que se inauguró en 1989 en 2.500 hectáreas que reciben la brisa del océano Pacífico. La construyeron ahí, justamente para elaborar vinos tintos de clima frío, como su Pinot Noir, Syrah o Sauvignon Blanc.

Se trata de una que cultiva de forma orgánica y biodinámica, es decir, que no agrega químicos en su agricultura, para mantener un equilibrio natural sin agentes externos.

Para conocer este concepto en terreno, la viña que también tiene sedes en Alto Jahuel y en Colchagua, realiza varios tours que te llevarán por sus parras y bodegas.

Uno de ellos es el Emblema de los tres valles ($ 22.500 p/p), que consiste en un recorrido que se iniciará con la historia y el proceso de producción de esta viña. Luego conocerás la bodega con fudres de roble francés, la zona de embotellado y la huerta colaborativa.

Para terminar te llevarán a una zona de picnic rodeado de olivos, donde degustarás cuatro vinos de los tres valles en los que se encuentra Veramonte (por eso el nombre), entre ellos su Ritual Sauvignon Blanc de cosecha manual y notas cítricas, y su frutal Pinot Noir.

Viña Concha y Toro

Es uno de los íconos de Pirque, porque está ahí desde 1883. Ese año nació Viña Concha y Toro y de esa época se conserva la casona de 4.600 m2 en que vivió don Melchor de Concha y Toro y el parque de 23 hectáreas que rodea la mansión.

Si aún no la conoces, anda. Hay tours desde los $ 20.000 (con tres degustaciones de vinos) en que conocerás esos rincones y la bodega de donde salió la leyenda del Casillero del Diablo: un bodegón subterráneo donde se supone que el mismísimo demonio habitaba y protegía la cava.

Además, se inauguró su nuevo restaurante y wine bar, Bodega 1883 By Aurea, que se emplaza en medio del precioso parque de la viña, con árboles centenarios, diseñado por el paisajista francés Guillermo Renner.

Ahí, puedes ir a disfrutar de la propuesta de Ismael Lastra y Tomás Saldivia, los mismos chefs detrás de Áurea, el restaurante de Vitacura, de cocina de temporada y basada en el uso de ingredientes de productores de Pirque.

Casa Valle Viñamar

¿Amos los vinos espumosos? Entonces tienes que ir a conocer Casa Valle Viñamar, a la que llaman “la casa del espumante”.

Es la casa de la viña Viñamar, especialista en este tipo de vinos y el protagonista de las variadas experiencias que ofrecen en este espacio rodeado de viñedos.

También si eres amante de la buena gastronomía, porque en ese lugar está Macerado Bistró, sucursal en pleno valle del restaurante que partió en Casablanca y donde puedes probar los sabores y productos locales.

La guinda de la torta de esta viña lugar donde si bien no se producen espumantes actualmente, sí puedes saber más sobre sus proceso de elaboración a través de los distintos tours guiados que se ofrecen ahí todos los días.

Y, por supuesto, tomarlos y regodearte de estos vinos que enamoran con sus burbujas y su frescura.

Viña Chocalán

En Pomaire, a 40 minutos de Santiago, no solo puedes comprar alfarería en greda y regodearte comida chilena. También probar buenos vinos, como los de la Viña Chocalán. Se ubica 15 minutos de la localidad, por el desvío que va hacia Rapel, y está abierta al público desde hace una década.

Ahí, puedes aprender a modelar la greda a través de talleres y también conocer este recinto con 100 hectáreas de viñedos a través de sus tours, algunos de los cuáles puedes tomar a precio 2×1 durante septiembre.

Como el Vinos & chocolates ($ 20.000), que además de una visita a las bodegas para apreciar la elaboración de los botellas de alta gama, incluye un maridaje de vinos con chocolates artesanales de la zona. Las reservas se hacen en su web.

Viña Antiyal

La comuna de Paine posee varias viñas para visitar muy cerca de Santiago, entre ellas Antiyal, la que abrió en 1996 de la mano del matrimonio Marina Ashton y Álvaro Espinoza, quienes producen vinos orgánicos, pero a pequeña escala.

Además, lo hacen de forma biodinámica, es decir, con respeto por la tierra: no usan pesticidas, cosechan a mano y usan energía solar.

Tienes que llamar para agendar un tour personalizado, así los mismos dueños te mostrarán el viñedo y la manera cómo cultivan las parras.

Luego, subirás a la azotea donde se guardan las barricas, para que degustes dos o tres vinos con increíble vista a la cordillera (están a 600 metros sobre el mar) y a los parronales.

Además, probarás una copa de Antiyal, un tinto que sacan desde 1998, y que tiene un claro sabor a frutos rojos.

También, su vino Kuyen (luna en mapudungun), con aromas florales, cereza, frutillas y un toque ahumado, que queda dando vueltas en la boca por su rica intensidad.

Villard

Fue en 1989 que el francés Thierry Villard fundó la primera viña boutique en Chile. Lo hizo junto a su familia en más de 400 hectáreas en Casablanca, una de las zonas más prestigiosas para la producción de uvas en clima frío.

Se trata de un espacio al que llegas por la Ruta F864G (camino Tapihue Km 14,5) hasta una casona con terrazas y bodegas que miran a las viñas. Ahí se preparan exquisitos Syrah, Chardonnay y Pinot Noir, que han sido reconocidos con más de 90 puntos por expertos, como Descorchados o Tim Atkins.

Sin embargo, la viña Villard no sólo se luce por su excelente calidad, sino también por el enoturismo. Esto, porque realizan una maravillosa ruta en bicicleta de tres kilómetros entre parras.

También tienen el tour Tanagra ($ 35.000 por persona), donde conocerás todo lo relativo a su Syrah, uno de los vinos íconos de Chile y que ha estado entre los 100 mejores del mundo, según el crítico estadounidense James Suckling.

Dura cerca de 70 minutos y termina con una degustación de sus vinos Expresión Souvignon Blanc, Grand Vin le Chardonnay o Grand Vin le Pinot Noir, entre otros que acompañarás con una tabla de charcutería local.

Santa Rita

Otra de las viñas abiertas es una histórica, Santa Rita, ubicada en el sector de Alto Jahuel, en Buin, a 45 minutos de la capital.

Declarada Monumento Histórico en 1972, puedes recorrerla con sus tours (desde $ 20.000), como uno que te lleva de paseo en carruaje por los jardines históricos de la viña, con baños romanos y capilla neogótica, y que termina con una cata de tres vinos emblemáticos de Santa Rita.

Y ojo que el jardín diseñado por el paisajista francés Guillermo Renner en 1880 es de película. Se trata con árboles centenarios, coníferas, cedros, abetos, cipreses y araucarias, algunos nativos y otros traídos de distintas partes del mundo.

Además de estatuas, piletas  y una laguna artificial con un cisne de cuello negro.

Otra opción es el tour premium ($ 45.000 por persona), que incluye la visita a la capilla neogótica, a lo baños romanos y a la bodega donde, según cuenta la leyenda, durante la batalla de Rancagua de 1814 se escondieron 120 patriotas. También se cierra con degustación de tres vinos premium, maridados con quesos y frutos secos.

Aprovecha también de visitar el Museo Andino, de la Fundación Claro Vial, donde se exhiben más de 3.000 piezas de colecciones arqueológicas y etnográficas de los pueblos precolombinos. La entrada es gratis.

Y de almorzar en su restaurante de cocina chilena, que está funcionando de lunes a domingo. Las reservas se hacen través del mail restaurant restaurant@santarita.cl.

Viña Las Araucarias

En el sector de La Viluma, en Melipilla, se encuentra Las Araucarias, una viña boutique, familiar y orgánica certificada, que está abierta al enoturismo.

Tienes varias opciones para conocerlas, desde una experiencia para probar tres de sus vinos ($ 10.000), hasta otra en que invita a ser enólogo por un día, elaborando un vino con las distintas cepas de la viña

Aprovecha tu visita para conocer también su restaurante, abierto de lunes a domingo, y donde cada uno de sus platos está pensado para maridar con sus vinos orgánicos.

Entre ellos sus “vinos desnudos”, aquellos que no se almacenan en barricas.

Puedes ver todas las opciones para visitarla en su sitio web.

Tarapacá

Para algunos, el valle del Maipo es sinónimo de buenos vinos, por la gran cantidad de botellas de calidad excepcional que se elaboran ahí.

Una de las viñas abiertas en ese valle es de las históricas, Tarapacá, que fundó en 1874 un renombrado enólogo, Francisco de Rojas y Salamanca con el nombre de Viña de Rojas y que años más tarde sus siguientes dueños bautizaron con el actual, en homenaje al presidente Arturo Alessandri, a quien apodaban El León de Tarapacá.

Si la quieres ir recorrer tienes varias opciones para hacerlo, como el Gran Reserva Tour y Degustación ($ 24.900 p/p), que te lleva por su emblemática casona de estilo toscano, construida en 1927, y su parque con sendero de plantas nativas y que culminan con una degustación de vinos seleccionados.

También puedes escoger el Etiqueta Negra ($ 66.900), uno premium, que incluye un almuerzo con appetizers, entrada, plato principal, postre, todo maridado con una selección de vinos.

En la web de la viña se reservan los tours.

Viña Vik

Viña Vik es uno de esos lugares de esos lugares en la Región de O’Higgins perfecto si quieres darte un lujo. Su nombre significa “lugar de oro” en mapudungun y que está en San Vicente de Tagua Tagua.

Una viña que por su arquitectura y diseño se escapa a todas las que hayas conocido. De hecho, tiene un exclusivo hotel con vista al valle, que fue elegido por la revista Travel+Leisure como uno de los 100 mejores lugares para hospedarse en el mundo.

Por algo lo escogieron para alojar la banda Coldplay y el multimillonario David Rockefeller. 

Sin embargo, hay otras alternativas para poder visitar esta viña. Una de ellas es el restaurant, Pavillion, que está abierto a público de miércoles a domingo, entre la 1 PM y 4 PM, a cargo de Pablo Cáceres, chef de chillanejo que trabajó en lugares como Ritz-Carlton y el desaparecido White Rabbit, de Bellavista.

Ahí, puedes escoger entre dos tipos de menú de almuerzo. El primero es el menú “family style” ($ 55.000), que incluye dos copas de vino, más una entrada, fondo y postre.

Puede tocarte la pesca del día de Pichilemu, con espárragos grillados; y de fondo un chuletón de ternera y cremoso de zanahoria, que puedes acompañar de ensalada de vegetales del huerto por ejemplo.

Otra opción es el menú degustación y maridaje ($ 75.000), de cinco tiempos, todos con la copa de vino correspondiente y platos como pejerrey en escabeche, con vegetales orgánicos y gazpacho de frutillas y betarragas; más un cochinillo asado a baja temperatura, con una textura de maíz y cebollas nuevas.

Además, puedes pedir las degustaciones de los vinos de la viña, con alternativas que van desde los $ 28.000.

Casas del Bosque

Fundada a mediados de los años 90 por la familia Cúneo, esta viña se encuentra a sólo 70 kilómetros de Santiago, en el corazón del valle de Casablanca.

El lugar tiene más de 230 hectáreas, con viñedos, senderos, restaurantes y miradores que da gusto recorrer en familia gracias a un puñado de tours.

Hay desde uno donde te conviertes en enólogo por un día, en el que hasta elaboras tu propio vino, hasta otro que se ofrece solo en esta época de vendimia, en el que aprendes todo sobre el proceso de creación de sus vinos.

A eso se suma su restaurante Tanino, donde puedes puedes probar maravillosos platos con carnes y pescados en su agradable terraza.

Acá también puedes comprar una canasta de picnic con todas las delicias para disfrutar de una tarde al aire libre. Mejor si instalas en uno de sus miradores coni ncreíbles vistas de esta valle de la zona central.

Ojo, que para tomar los tours debes reservar previamente a través de la web de Casas del Bosque. Ahí también puedes revisar los protcolos sanitarios que están exigiendo.

Tipaume

Muy cerca de Rengo, a 90 minutos de Santiago, se encuentra Tipaume, una de las primeras viñas orgánicas y biodinámicas de Chile.

A cargo están Yves Pouzet, enólogo francés que trabajó en su país y en Estados Unidos hasta que se radicó en Chile en la década de los 90, y Valentina Grez, su señora.

Juntos lideran esta viña donde puedes probar vinos hechos con la mínima intervención posible, todo el terroir en una copa, como el Tipaume Grez, un ensamblaje tinto, de variedades Carmenere, Cabernet Sauvignon, Merlot, Viognier, Malbec y Lacrima Christi.

El mismo que fue catalogado como revelación, con 94 puntos, por la Guía Descorchados 2021 y que puedes probar a través de su cata.

Además, en la misma casona hay un bed & breakfast atendido por sus propios dueños, en el que puedes despertar rodeado de videños y disfrutando de un desayuno con huevo azules de la vecina y pan y mermelada hecha por la misma Valentina.

El valor de la habitación por noche para dos personas es de $ 140.000, con desayuno y una visita a la bodega incliudos.