Aunque Halloween es la celebración más cercana, la nueva película original de Netflix apuesta por todas las otras festividades que iluminan el año. Así, Navidad, San Valentín o Pascua de Resurrección son el escenario de Amor de calendario y su singular trama.

En ella conocemos a Sloane (Emma Roberts), una profesional que a sus casi 30 años de edad sigue soltera. Una última condición que nuevamente le cuestionan su madre y hermanos, cuando llega a pasar Nochebuena en la casa familiar.

A la única que parece no molestarle su soltería es a su tía Susan (Kristin Chenoweth), quien arriba a la cena con alguien que conoció hace poco en un mall. Un hombre disfrazado de Santa Claus que ella convirtió en su “fiestamigo” o holidate en el inglés original.

De manera paralela, se ve cómo una pareja llega a otra casa para también celebrar Navidad. Pronto se sabe que él es australiano, se llama Jackson (Luke Bracey) y no tenía muchas ganas de ir a esta cita, que irremediablemente termina muy mal.

Como es de esperar, los caminos de Sloane y Jackson se cruzan cuando van a la misma tienda a cambiar los regalos navideños que no fueron de su agrado. Aquí, terminan hablando sobre lo mal que lo pasaron y ella le comenta sobre la idea del fiestamigo.

Un último concepto que pondrán a prueba en la celebración de Año Nuevo a la que irán como pareja. En esta se reirán de otros invitados, se encontrarán con tía Susan y tratarán de repetir la escena de baile de Dirty dancing, con accidentadas consecuencias.

Amigos para celebrar

Cuando parece que la fiesta de Nochevieja será su única y última cita, se vuelven a ver en el Día de San Valentín, cuando Jackson ayuda a Sloane a salir “airosa” del traumático reencuentro con su ex novio y la nueva enamorada de éste.

Desde ese momento ellos hacen el trato de seguir siendo fiestamigos hasta nuevo aviso. De esta manera comienza una sucesión de festividades, desde el Día de San Patricio hasta el 4 de Julio, pasando por Pascua de Resurrección y la mexicana Cinco de Mayo.

Una serie de celebraciones que va reafirmando la química entre ellos y que incluye una alcoholizada noche de sexo. Hasta que un pequeño accidente lo cambia todo y Jackson se da cuenta que sus sentimientos han cambiado, pero Sloane se niega a abrir su corazón.

Así, entre familiares -en especial tía Susan-, tragos, fiestas y algunas situaciones absurdas, Amor de calendario se va dibujando como la típica comedia romántica, donde los protagonistas se niegan a aceptar su atracción hasta que parece ser muy tarde.

Una historia que, a pesar de los intentos de Emma Roberts (American horror story) y Luke Bracey (Punto de quiebre) por darle encanto a sus personajes, se pierde entre tanta celebración y secundarios simpáticos, pero innecesarios, además de un metraje excesivo.

Sin embargo, Amor de calendario puede ser la adición perfecta para una tarde de maratón de películas del denominado subgénero del romcom (la abreviación en inglés de romantic comedy), con el gentil auspicio del catálogo original de Netflix.

Ver en Netflix