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Bar La Providencia: el glamour y lujuria golosa de un bar imperdible de Santiago

Por Loreto Gatica22 Ago 2023

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Bar La Providencia: el glamour y lujuria golosa de un bar imperdible de Santiago — Foto: Carolina Vargas

Es uno de esos lugares que siempre se llenan. Parte de la prestigiosa lista 50 Best Discovery, el glamour, la buena coctelería y la gula gastronómica son los ingredientes claves de su receta.

Bar La Providencia es uno de los imprescindibles de Santiago.

Te hablamos de la barra que abrió como una boutique en 2019 en Providencia y que se trasladó a un local mucho más grande en tiempos de pandemia, con una amplia terraza en Av. Isabel La Católica, Las Condes, sin por ello perder su esencia.

Es decir, la de un local que recrea ese Santiago antiguo y bohemio, con lámparas de lágrimas y mullido terciopelo rojo, y donde cada detalle cuenta una historia, desde los platos vintage, todos distintos, hasta la cuchillería.

Y si tienes suerte, puede tocarte un cuchillo, tenedor o cucharita del desaparecido Hotel Carrera, el mismo que estaba frente a la Plaza de la Constitución y uno de los más elegantes de Santiago.

Además, en 2022 Bar la Providencia fue elegido 50 Best Discovery, la lista de lugares recomendados en los cinco continentes y que es parte World’s 50 Best.

Listado que compartiójunto a otras barras de Santiago, como Sarita Colonia, Nkiru, Lolita Jones y Prima Bar.

Coctelería clásica y de autor

La gracia de Bar La Providencia es que aquí puedes probar cocteles clásicos y de autor, a cargo de Agustín García, donde cada toque, como la fruta deshidratada o gomita que encuentras en los cocteles, se hace ahí mismo.

Y otros detalles que se agradece es que no falta el agua en la mesa, por ejemplo (y no se cobra).

Entre los clásicos, puedes partir con un correcto Old Fashioned ($ 7.500), con Bourbon, azúcar, y un twist de naranja, el mismo que era el favorito de Don Draper en Mad Men.

O Manhattan ($ 7.500), el icónico coctel de whiskey, vermut rojo y angostura.

Además de cocteles de autor, como Penélope Glamour ($ 8.900), con tequila blando El Jimador, jarabe de cranberries y un toque de aperitivo italiano; o Amor y lujuria ($ 8.500), que es un negroni, con gin, Campari y vermú, pero infusionado en cacao, más una gomita casera de corazón de Campari, frutilla y cacao. Delicioso.

Y si te atacó el revival de Barbie, puedes probar el Malibú ($ 8.500), con coco, agua de rosas y Ramazzotti. Ojo, que sólo estará por un tiempo.

Lujuria gastronómica

Además, si algo ha definido desde el principio a Bar La Providencia es su cocina callejera, golosa y con un punto más vegetal, a cargo de Konstanza Sanhueza.

Cocinera que ha trabajado en locales como 99 Restaurant, por ejemplo, pero que mantiene ese toque casero bien propio.

Y lo puedes probar en platos como los champiñones del cielo ($ 12.900), que son champiñones al horno rellenos con crema de queso azul y trocitos de nueces, que vienen con un toque de menta encima para darle frescor, y sobre una cama de salsa de frambuesas.

También el crudo árabe ($ 11.900), una mezcla de carne de vacuno y burgol, con pimienta negra, aceite de oliva, gajos de limón y pan frito; o el Baile de bruselas ($ 9.900), un plato vegano de bruselas fritas, crocantes, glaseadas en una reducción de aceto balsámico y zeste de limón.

Otros imperdibles son las Baby lovers ($ 8.900), berenjenas asadas en salsa de curry rojo casero, con maní tostado y hierbas frescas; y el pescadito playero ($ 13.900), tres tacos de pescado del día frito, con lechuga, cebolla encurtida, emulsión de palta, hojas de cilantro y ají encurtido.

Alerta de gula en Bar La Providencia

De los clásicos golosos de la carta de Bar La Providencia, no te pierdas La puta ama ($ 14.900), una hamburguesa casera de 160 gramos, con cebolla encurtida, mucho queso y tocino que viene frita, completamente apanada, por lo que la muerdes y te encuentras con su juego crujiente, pan, jugo. La gloria.

Y las costillas Bruce Lee ($ 16.900), medio kilo de costillas de cerdo, jugosas, blanditas, con una salsa asiática y sobre éstas crujiente maní, más aceite de sésamo y cebollín fresco.

Otra delicia son los postres, como el arroz bruleé ($ 7.900), una maravilla de arroz con leche y crema pastelera, con caramelo encima, un toque de gran marnier y la malicia del bar; o los churros de la abuela Kony ($ 8.900), bien caseros, esponjosos, con manjar blanco y una lluvia de praliné de maní encima.

También el burnt Blondie ($ 9.900), un blondie de mantequilla quemada, con azúcar morena, una mezcla de chocolates de leche y blanco, más nueces, que llega tibio y se acompaña de un helado de amaretto y zeste de limón.