Desde picadas hasta cocinas de mantel largo, además de pizzerías, locales de comida coreana, pastas y algunos veganos, se inauguraron en Santiago este año. Acá, una lista con las novedades que debes saborear.

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Tomata Pizza

En el bulevar CV Galería abrió Tomata Pizza, un lugar delicioso que es el indicado si lo que buscas es una buena terraza con cocina golosa y a buen precio.

Quizás te suene su nombre, porque se tratan de las pizzas de estilo napolitano y de masa madre que partieron como delivery en 2022.

Las que tienen el sello de Kurt Schmidt, el mismo chef detrás de hits como Prima Bar  y el premiado 99 Restaurante.

Y si bien son pizzas, en ellas te encontrarás con toda la impronta de Schmidt. Es decir, no sólo son de masa madre, fermentada por 72 horas, sino que además hay un especial cuidado por los productos.

Hay cerca de 20 opciones de pizzas, entre las de temporada, de autor, clásicas blancas y clásicas rojas. Tienen un formato apto para compartir, aunque la masa es lo suficientemente liviana para que puedas comerte una solo.

Además, encuentras coctelería de autor, mocktails, pastas elaboración propia y platos y postres que son pura gula.

El Rincón Vietnamita

Si vas a pasear al Persa Bio Bío, aprovecha de conocer las novedades que tiene para comer.

Como El Rincón Vietnamita, que acaba de abrir sus puertas en el Persa Patio Franklin y donde donde cocinan Thai Xuang Lan, de 61 años y más de 40 en la cocina, junto a su sobrina, ambas vietnamitas.

Ahí, ofrece cocina tradicional auténtica de su país, la de platos que combinan los sabores dulce y ácido, y especialmente frescos, por el uso de hierbas y especias.

Además de influencias de culturas, principalmente las cocinas de Francia, India y China.

Un viaje por sabores exóticos a través de preparaciones como los Banh Bao ($ 2.000 c/u), que son baos, hechos al vapor, rellenos de cerdo con champiñones, ideales para partir.

O Bun Cha ($ 9.000), albóndigas de cerdo, que vienen con fideos de arroz, zanahoria, mayo y cebolla frita con salsa agridulce.

45 Bistró

45 Bistró es el nuevo restaurante que acaba de abrir Sergio Barroso, el premiado chef español que trabajó en restaurante como el legendario El Bulli, de Ferrán y Albert Adriá, y el Restaurante 040.

Y a quien encuentras comandado el equipo detrás de Olam, el restaurante de alta cocina enfocada en pescados y mariscos y que es uno de los restaurantes chilenos presentes en la lista Latin America’s 50 Best Restaurants.

Precisamente donde funciona Olam, aunque con un concepto distinto: sólo a la hora de almuerzo, de 1 PM a 4 PM, con cocina de temporada, fresca y buen precio.

Ahí, encuentras un menú que cambia a diario ($ 16.000), con entrada, plato de fondo y líquido, que puede ser agua o una copa de vino.

Así, puede tocarte de entrada una crema de zapallo calabaza, con crutones, queso fresco y semillas de calabaza.

Mientras que de fondo puede ser un arroz cremoso con cerdo a las brasas y aliolí.

Además, hay una carta de platos golosos, que van entre los $ 7.500 y $ 13.000, con toda la técnica de Sergio Barroso.

Te puedes tentar con los tomates caramelizados ($ 8.000), que vienen rellenos con bonito ahumado en casa, alcaparras y crema fría de palta y cilantro.

Nusantara

Nusantara será el nombre de la nueva capital de Indonesia, la ciudad que actualmente se está construyendo desde cero.

Y así también se llama el único restaurante en Santiago que ofrece comida típica de este país del Sudeste Asiático.

Lo encuentras en la calle Marcel Duhault, en Providencia, muy cerca del metro Colón. Un local sencillo, con algunas mesas para probar en el lugar la cocina de Yunida Nur Santi, cocinera y estilista, que en tiempos de pandemia,comenzó cocinando y ofreciendo por redes sociales platos típicos de su país.

Los que ahora puedes probar en su restaurante, con distintas opciones de entradas, ideales para compartir y probar.

Como Bakwan ($ 3.900), que son unas especies de buñuelos de verduras fritas, crujientes, que vienen con una salsa picante para untar; y Bakwan jagung ($ 3.900), de maíz más picantes.

Además de platos de fondo, como Nasi sate ayam ($ 9.900), que es un satay, brochetas de de pollo acompañado con salsa de maní y arroz blanco; y el Nasi goreng kampung ($ 9.900), arroz frito muy típico del sudeste asiático, que viene con trozos de pollo, huevos y verduras.

Guksi

Los fans de la cocina de Corea tienen que conocer sí o sí Guksi, que acaba de abrir en Av. Nueva Los Leones casi en la esquina con General Holley, en Providencia.

Se trata de un pequeño local con una barra, a cargo de Woosuk Han, más conocido como Chef Han, el mismo que trabajó en la Embajada de Corea en Chile.

Ahí, en una pequeña cocina a la vista, lo encuentras junto a Sandro Yoon y @buena.tuni, cocinero coreano y parte de su team, y donde por el momento ofrecen una carta acotada, pero sabrosa.

En la que se encuentra su pollo frito (de $ 4.000 o $8.000 dependiendo de la cantidad), que es el mismo que causó furor en Ñam, el festival de cocina que se hizo en mayo en el cerro Santa Lucía.

Ahí, hasta hubo filas para probar este pollito extremadamente crujiente, que viene con una mermelada de mora y un toque de aceto balsámico, más algunos secreto del lugar.

Además del guksi ($ 10.000), plato tradicional que consiste en fideos de trigo artesanal, hechos en un caldo de pollo concentrado de al menos seis horas de cocción, más una salsa XO, secreto de la casa, láminas de pollo, carne, cerdo, dientes de dragón y zapallo italiano.

Lo puedes pedir en tres versiones: tradicional, picante y una que no lleva caldo, sino una pasta de ajo molido y salsa de maní, más una salsa de carne de cerdo y un huevo pochado encima.

D’mentes Café Bistró

D’mentes Café Bistró es un pequeño local que abrió frente al cerro Santa Lucía, con una carta acotada, vegana y vegetariana, con tres opciones de entradas ($ 3.900) y cuatro fondos ($ 5.000).

Todo a cargo del cocinero Ricardo Araya Fuentes, quien ha trabajado con chefs como el español Sergio Barroso o Ignacio Ovalle.

Sus entradas ($ 3.900) son ideales para compartir, como las croquetas de setas, bien cremosas, con una alioli de mostaza y ajo confitado, mas una sriracha dulce y un toque de cebollín encurtido.

O las patatas bravas, con salsa brava atomatada, aliños como el merkén y pimiento dulce, más un crocante de topinambur.

De sus fondos ($ 5.000) un imperdible es el arroz meloso, que viene con espárragos y verduras de la estación, crocantes, ahumadas, todo mezclado con un caldo de hongo; o la papa rosti con repollo glaseado en una salsa demi-glace, que es un reducción de hongos. Para no parar de comer.

Además de los ñoquis al pesto con queso granapadano. 

Ojo que no hay patente de alcoholes, pero sí puedes probar mocktails, como el frozen coco limón ($ 2.600), con una base de limón y crema de coco frapeada.

Sushi Nikkei 17

Si eres un fanático de la cocina nikkei, esa sabrosa fusión de técnica japonesa y producto peruano, entonces no puedes dejar de probar Sushi Nikkei 17,  que hace poco inauguró su nuevo local en el barrio Bellavista.

Está a cargo de Hans Roth, Cesar De la Cruz, el chef peruano que trabajó por años con el peruano José Ozaki, y Dante Zegarra.

Quienes se luce con imperdibles como el omakase, que significa ponerse en las manos del chef en japonés y es un plato con lo mejor del día, por lo general fuera de carta.

También sus niguiris, que son dos bocados, como acevichado ($ 4.500), hecho con la pesca del día, salsa acevichada, camote crujiente, chalaquita, miel de naranja y emulsión de Huacatay; o el katsuo ($ 4.500), de base de arroz y corte de bonito bañado de rocoto, quinoa, chalaquita y encurtido de la casa.

Además de los makis, como el tako Olivo Maki ($ 9.500), relleno de palta, pepino y cebollín en tempura, envuelto en sésamo y topping de tartar de pulpo.

O el jaiva loca maki ($ 9.900), relleno de camarón, palta, envuelto en sésamo, bañado con un tartar de jaiba, locos y salsa spicy.

Calambur

En la esquina de las calles Víctor Manuel con Biobío, abrió hace muy poco Calambur, un local al estilo de un bistró.

Es decir, con una carta corta, con sánguches y platos de cocina de autor, a cargo de Alexis Morales, cocinero que trabajó en lugares como Squadritto y Salvador Cocina y Café.

Acá, ofrece cocina de mercado que cambia seguido, con platos bien elaborados, que conquistan a la primera y a precios convenientes.

Como el de su menú, que cuesta $ 13.000, con entrada, fondo y postre. Se anuncia en una pizarra puesta en la entrada del local y así puedes ver entre las dos opciones que hay de cada uno.

Puede tocarte de entrada fondos de alcachofa, con topinambur y salsa de queso; o unas mollejas fritas, con salsa de queso de cabra y cítricos, por ejemplo.

También de fondo una deliciosa pasta casera, como los tortellini de corvina y bonito con hinojo y manzana verde; o un risotto de hongos.

La Sopería

La Sopería es un pequeño local que probablemente conoces en barrio Italia y al que de seguro has ido a abrigarte en los días más fríos con sus sopas.

Y ahora tienes otra alternativa, porque acaba de abrir un nuevo espacio en calle Padre Mariano, muy cerca del Metro Pedro de Valdivia.

Se trata de un espacio pequeño, pero acogedor, donde puedes probar sus 12 variedades de sopas ($ 7.000), más otras 10 variedades premium ($ 8.000).

Entre ellas un ramen, que puede ser de panceta, pollo o camarón, con un caldo en base a cerdo, huevo pochado, wakame, pakchoi, semillas de sésamo o cilantro.

Además de alternativas que van desde la de zapallo ($ 7.000), bien casera, con un topping de semillas de zapallo y merquén; hasta otras más exóticas, como la de apio palta ($ 7.000), bien fresca, con limón y crujientes rabanitos.

Parrilla Libre Buenos Aires

En barrio Yungay, justo al lado de la clásica parrillada Chilenazo, se inauguró la nueva apuesta de los mismos dueños, Parrilla Libre Buenos Aires.

Acá también las carnes a las brasas son las protagonistas, aunque en un formato diferente, porque es una parrilla libre, donde puedes comer todos los cortes que quieras por un precio fijo: $ 22.900 los adultos y $ 12.000 los niños.

Así, puedes disfutar de una selección de cortes argentinos, que llegan a la mesa en rondas, como bife ancho (lomo vetado), bife angosto (lomo liso), corazón de cuadril (asiento), colita de cuadril (punta picana), flat iron (punta paleta) y asado de tira, entre otros.

Además de embutidos que son de elaboración propia, como prieta, morcilla, chorizo argentino, choricillo y butifarra, por nombrar algunos.

También hay estaciones en formato buffet, para probar libremente, con más carnes, como pollo, costillar y hamburguesas; guarniciones y postres.

Los bebestibles no está incluidos en el precio y hay estacionamientos.

El Madrileño

Aunque abrió hace poco, El Madrileño de seguro se convertirá en uno de tus favoritos en barrio Italia.

Eso, porque a cargo de su cocina encuentras a Mathias González, quien fue jefe de cocina del premiado 99 Restaurante.

Acá, se luce con la gastronomía española, pero con una enjundia chilena sabrosa a rabiar.

Por ejemplo, entre sus opciones de tapeos están las croquetas, las clásicas de jamón ($ 6.500), pero también de jibia ($ 5.500), de bechamel con un producto más chileno. ¡Deliciosas!.

Otro podría ser la ensaladilla rusa de sierra ahumada ($ 3.500), un pincho en el que en vez de usar el atún en tarro o aceite de oliva como se hace en España, se utiliza una sierra que se limpia cura y ahúma en el lugar; o el Pincho de morcilla ($ 2.500), con romesco y encima pimentón asado encurtido.

Además de platos de fondo como las carrilleras y arroz caldoso ($ 10.500), cocinadas en una salsita de Pedro Jiménez, variedad de uva blanca española, demiglace, cebollas encurtidas y cebollas crispi para darle crocante.

Buriana

Buriana es el nombre de un viento repentino, frío e inesperado que sopla en pleno verano en Italia y tal como llega se va. Y así se llama también el restaurante que abrió en Av. Alonso de Córdova, uno con amplia terraza, bar y cocina a la vista.

Se trata de un lugar con imponente diseño, espacios amplios e interiorismo a cargo de Enrique Concha y Matías Honorato, más el sello de Francesco Vannucci, el mismo italiano detrás de Brunapoli.

Además de poco convencional, ya que no sabe de reglas y que hace juego con su nombre. Eso, porque ahí te encontrarás con platos inesperados en una carta de cocina italiana, pero que sin ser fusión, mantienen la premisa de una delicia de materia prima.

O al menos te harán pensar en qué pasaría si la cocina italiana conquistara el mundo.

Como el Katsu sando ($ 9.800), que tiene un corazón de jugoso filete de res, más un toque de mayo y pesto, todo en un brioche tostado hecho en el lugar. De comerse miles.

También las gyosas ($ 11.500), rellenas de ossobuco alla milanese.