"Quiero bailar cueca, quiero tomar chicha, ir al mercado y comprarme un pequén", cantaba Violeta, homenajeando a esta empanada de los tiempos de la Colonia, que lleva pino de solo cebolla y que todavía puedes probar en Santiago.

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La tradición de los Pequenes Nilo

La Fábrica de Pequenes Nilo era la fábrica que estuvo ubicada desde 1890 y por más de un siglo en una casona colonial, en el Pasaje Coronel Agustín López de Alcázar, en Independencia, pleno barrio La Chimba.

Era el epicentro del pequén, las populares empanadas de pura cebolla que se comían desde la época de La Colonia.

Las mismas que alababa el poeta Pablo de Rokha en 1949 en su Epopeya de las comidas y las bebidas de Chile y a las que le cantaba Violeta Parra, en Violeta ausente, estando en Europa.

Todo un emblema popular cuya receta sigue viva. Porque si bien la fábrica ya cerró, puedes conseguir sus fabulosos pequenes gracias a Claudio Podestá, hijo del dueño, Mario Podestá, quien trabajó más de cuarenta años en la fábrica. Puedes ver la historia aquí. 

De hecho, desde 2018 que Claudio los hace en su casa, en la comuna de Las Condes, y los puedes encargar a través del Whatsapp +569.36293203.

Cuestan $ 2.000 cada uno y hay disponibles durante todos los fines de semana de septiembre. Ojo, por estas fechas el mínimo es de 12 unidades, $24.000. 

Y la receta, es exacta a la original. Un relleno de cebolla, con un toque de ají color y huevo duro. Más alguno de los secretos de la casa. Lo que cambia es la masa, que como lo hace en su casa, es comprada.

Encuéntralo en su Instagram @pequenesnilo

Carmelita Ossa

Si bien Carmelita Ossa, la dueña de la pastelería que lleva su nombre en Av. Las Condes, dejó de trabajar hace tres años, en este lugar encuentras todas sus recetas, incluida la del pequén.

Se trata de estas empanadas hechas de un pino de sólo cebolla, cocida por horas, luego caramelizada con el juguito de la carne y dentro una masa con un dejo de vino blanco. Deliciosas. Las mismas que se hacen a pedido y cuestan $ 2.300 cada una.

Además, aquí puedes encargar sus empanadas de pino ($ 2.700), de posta picada, cebolla cocida al vapor -para que no caiga mal- aceituna sin hueso y medio huevito duro.

Eso, más una masa delgadita, bien uslereada, con mantequilla y un toque de vino blanco, que es su sello.

Fortunata

Seguro conoces a Fortunata, famoso por sus pastas frescas y helados artesanales, hechos de forma 100% natural, sin colorantes ni preservantes.

Además aquí puedes encargar pequén ($ 2.700), pero en una versión vegana, es decir, sin manteca animal en su masa y con solo cebolla, especias y aceituna.

Puedes probarlas y sumar también las clásicas empanadas de pino y pino picante ($ 2.700) o las de queso ($ 2.700), con mozzarella, queso mantecoso, parmesano y salsa blanca.

Motemei Casa Taller 

Motemei Casa taller es el espacio que antes encontrabas en Las Hualtatas, y ahora está en El Raudal 909, la Dehesa y a cargo de Jennifer Crew y Patricio Cáceres.

Este último es más conocido como el “Talibán de la cocina chilena”, por su amor rotundo a las recetas nacionales, que sigue al pie de la letra. Conocido por sus talleres y platos preparados, que puedes encargar a través de su Instagram, como las humitas y el pastel de choclo.

Y, al que le puedes encargar además las Chiriguas, que son las hermanas chicas de los pequenes.

Es decir, de menor tamaño, con un pino de cebolla, lentamente caramelizada en manteca y un toque de ají color, más una masa agalletada, de campo. Cuestan $ 23.400 las 12. Llegan congeladas, aunque las puedes pedir listas, con un día de anticipación.

Encuéntralos en su Instagram @motemei_casataller