A punta de creatividad, en estos lugares puedes comer delicioso y sin que tiemble tu billetera. Platos de calidad, con técnica y a precios más que convenientes son su receta.

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¿Conoces el término bistronomía? Básicamente se trata de la fusión de dos términos, bistró y gastronomía.

Un concepto que acuñó a finales de los 90 el periodista y crítico gastronómico francés Sébastien Demorand y que apuntaba a explicar el fenómeno de renombrados chefs, que dejaban de lado los grandes lujos, para cocinar en bistró, platos de alta gastronomía, a precios más que convenientes.

Y que con el tiempo se ha transformado en una tendencia mundial, que apunta a ofrecer menús o platos de muy buena calidad, a precios accesibles, en espacios sencillos, pero bien cuidados.

Todo en pro de la democratización de la cocina.

Es decir, alta gastronomía, al alcance del bolsillo, o cocina de lujo a bajo precio.

Aquí, te contamos de exponentes de esta tendencia en Santiago, lugares sencillos, donde comes delicioso y lo más importante ¡a muy buen precio!.

Calambur 

Calambur abrió hace poquito en Víctor Manuel esquina Bio Bío, en barrio Franklin, a pasos de restaurantes ya clásicos del lugar como El Franchute del Barrio.

Lo que ahí encuentras es una propuesta a cargo de Alexis Morales, cocinero que trabajó en locales como Salvador Cocina y Café o Squadritto Ristorante, el clásico restaurante de cocina italiana que funcionó hasta 2021 en barrio Lastarria.

Y la gracia de este lugar, abierto de miércoles a domingo, es su propuesta de cocina de mercado, con platos bien elaborados, que te conquistarán a la vista y precios más que convenientes.

Todo hecho ahí mismo, salvo el pan de masa madre que es de N. N Cocina y Panadería.

Es más dentro de los imperdibles, está el Sándwich de pollo frito ($ 7.200), bien crujiente, con ensalada de repollo, pickle de rabanitos, emulsión de hierbas con merkén, maní y cilantro; o el de Coliflor ($ 6.500), que es una croqueta de coliflor y polenta, con pickle de cebolla, salsa de la casa y emulsión de hierbas.

Además de un Menú ($ 13.000), con entrada, fondo y postre, que se anuncia en una pizarra puesta en la entrada del local, cosa que puedes ver entre las dos opciones que hay de cada uno.

Es más, puede tocarte de entrada, fondos de alcachofa, con topinambur y salsa de queso; o unas mollejas fritas, con salsa de queso de cabra y cítricos, por ejemplo.

Y, de fondo, una deliciosa pasta casera, como los tortellini de corvina y bonito con hinojo y manzana verde; o un risotto de hongos.

Además de un postre, que puede ser helado de Navegado con puré de naranja y galleta de cacao; o un plátano bruleé, con salsa de toffe y yogurt de mandarina.

D’mentes Café Bistró

D’mentes Café Bistró es un pequeño local, que abrió frente al cerro Santa Lucía, con una carta acotada, vegana y vegetariana, con tres opciones de entradas ($ 3.900) y cuatro fondos ($ 5.000).

Todo a cargo del cocinero Ricardo Araya Fuentes, quien ha trabajado con chefs como el español Sergio Barroso, que actualmente encuentras en Olam, o Ignacio Ovalle, de La Calma by Fredes

Es más, hay Entradas ($ 3.900), ideales para compartir, como las Croquetas de setas, bien cremosas, con una alioli de mostaza y ajo confitado, mas una sriracha dulce y un toque de cebollín encurtido; o las Patatas bravas, con salsa brava atomatada, aliños como el merkén y pimiento dulce, más un crocante de topinambur.

También la Coliflor cantonesa, apanada y acompañada de una salsa agridulce en base a tamarindo y alioli.

Es más, entre los Fondos ($ 5.000), un imperdible es el Arroz meloso, que viene con espárragos y verduras de la estación, crocantes, ahumadas, todo mezclado con un caldo de hongo; o la Papa rosti con repollo glaseado en una salsa demi-glace, que es un reducción de hongos. Para no parar de comer.

Además de los ñoquis al pesto con queso Granapadano. Ojo que no hay patente de alcoholes, pero si puedes probar mocktails, como el Frozen coco limón ($ 2.600), con una base de limón y crema de coco frapeada.

45 Bistró

45 Bistró es el nuevo restaurante que acaba de abrir Sergio Barroso, el premiado chef español que trabajó en restaurante como el legendario El Bulli, de Ferrán y Albert Adriá, y el Restaurante 040.

Y a quien encuentras comandado el equipo detrás de Olam, el restaurante de alta cocina enfocada en pescados y mariscos y que es uno de los restaurantes chilenos presentes en la lista Latin America’s 50 Best Restaurants.

Precisamente donde funciona Olam, aunque con un concepto distinto: sólo a la hora de almuerzo, de 1 PM a 4 PM, con cocina de temporada, fresca y buen precio.

Ahí, encuentras un menú que cambia a diario ($ 16.000), con entrada, plato de fondo y líquido, que puede ser agua o una copa de vino.

Así, puede tocarte de entrada una crema de zapallo calabaza, con crutones, queso fresco y semillas de calabaza.

Mientras que de fondo puede ser un arroz cremoso con cerdo a las brasas y aliolí.

Además, hay una carta de platos golosos, que van entre los $ 7.500 y $ 13.000, con toda la técnica de Sergio Barroso.

Te puedes tentar con los tomates caramelizados ($ 8.000), que vienen rellenos con bonito ahumado en casa, alcaparras y crema fría de palta y cilantro.

DeMo

DeMo abrió a principios de 2021 en la Galería La Curtiembre pleno Persa Víctor Manuel. El mismo espacio donde encuentras propuestas como la cocina williche de Willimapu. 

Se trata de una cocina abierta, a cargo de Pedro Chavarría, chef que ha pasado por restaurantes como Boragó y que aquí apunto a democratizar la cocina, ingredientes de primera, técnica y una presentación muy cuidada, donde prima el sabor.

Es decir, ofrece dos tipos de menú, uno de Brunch ($ 18.500) y otro de Almuerzo ($ 19.500), con platos de temporada y donde se cuida hasta el más mínimo detalle. Como el café de especialidad que llegará a tu mesa, acompañado de pan de masa madre.

Es más, en el caso del Brunch, se trata de una propuesta que como te contábamos, incluye café, jugo natural, pan, palta, huevitos pochados, más dips de mermelada de nori por ejemplo. Más un plato de fondo que puede ser Corvina a la mantequilla, con coliflor frita, salsa de pimientos y rocoto ahumado, por ejemplo.

Y, un postre, como carrot cake o brownie, húmedo y delicioso.

De hecho, en el caso del menú de almuerzo, a la propuesta se le suma una entrada. Son siempre dos opciones para elegir, de fondo y de entrada, con alguna alternativa vegetariana.

Es más, como te contábamos, los platos cambian seguido, pero pueden tocarte entradas como mini hamburguesas; un Tártaro de carne con yema de huevo y hojas capuchinas; o un Tártaro de betarraga,  pepino y palta, con nabo encurtido y aguachile.

Además de fondos como una Lisa a la parrilla, con salsa dashi, Beurre Blanc y milhojas de papas con ají amarillo; o unos Tortellini rellenos de ricota , con albahaca, tomates y portobellos asados, más ajo negro.

Charly Wok

Charly Wok lo encuentras en barrio Patronato, en Av. Bellavista 419. Se trata de un local bien sencillo, con cocina a la vista y algunas mesas, donde cocina Carlos Cieza, chef peruano quien abrió este lugar hace cinco años mientras trabajaba a la par en el restaurante Sarita Colonia.

Y, donde lo que prima, es la cocina al wok, con técnica asiática, pero ingredientes chilenos.

Es más, podríamos llamarlo un estilo más “chila” si quieres, ya que mezcla el chifa, la técnica japonesa con ingredientes peruanos, más el toque chileno, dado por el cacho de cabra en sus salsas, por ejemplo, o la quínoa, típico cultivo andino.

Además, aquí puedes pedir la mayoría de los platos en versión vegana. Como los arrollados ($ 5.000), típicos primavera, hechos con verduras de la estación y tofu marinado en una salsa agridulce; y las Gyosas ($ 5.000), bien caseras, con verduras, seitán y tofu.

Mientras que entre las opciones tradicionales de Charly Wok están las alitas de pollo ($ 4.000), que puedes elegir con salsa barbecue, soya o agridulce.

También los salteados, que escoges en tres pasos: primero una proteína, como el mixto ($ 3.500), que es una combinación de carne, pollo y camarones por ejemplo; más una preparación que puede ser el mix de champiñones y algas ($ 3.000); a lo que le sumas una base, como arroz frito ($ 1.500) o fideos de arroz ($ 1.500).

Otro podría ser el Pad thai ($ 3.000), que viene con un mix de vegetales al que le puedes agregar camarones ($ 3.000) y fideos de arroz ($ 1.500).

Wine Rebels el bonus track

Como te contábamos, el término Bistronomía, se aplica a gastronomía, y los lugares de los que te contamos no tienen patente de alcoholes. Pero sí hay un lugar que calza perfecto con esta tendencia, se trata de Wine Rebels , la barra de vinos que funciona de jueves a sábado dentro de Gabilondo Pizzería.

Es más, esta barra pop del vino, es pura Bistronomía, porque lo que ahí encuentras, es una selección de cerca de 30 opciones de vino por copa, que van entre los $ 3.500 y $ 5.000, y que van rotando cada semana, cosa que siempre puedas encontrarte con alguna novedad.

De hecho, es una selección de “joyitas”, vinos naturales, a cargo de Nadia Parra Monroy autora de la Guía Vinos de Nicho de Chile, publicado por ProChile, y editada por Ocho Libros, que puedes descargar aquí, y presidenta de la Asociación Mujeres del Vino de Chile.

Es más, la gracia es que puedes preguntarle todo lo que quieras saber. ¡Y probar!. Dentro de los imperdibles de esta semana,  está Revival País de Garage Wine ($ 4.000). Uno ligero y fácil de tomar, de la zona de Cauquenes, muy frutal, sin nada de barrica, que suele exportarse en su mayoría a Nueva York.

También la mezcla blanca de Sauvignon Blanc y Semillón ($ 4.000), de parras de más de 40 años de la zona de Puquillay en Colchagua.