Si quieres darle una probadita a la escena gastronómica de Santiago, acá tienes una ruta de restaurantes, bares y picadas, con los imprescindibles para nuestra cronista gastronómica.

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Ya se inauguraron los Juegos Panamericanos, el mayor evento deportivo multidisciplinario hecho en Chile y que tiene al país en la mira internacional

Según cifras de Sernatur, se espera que lleguen alrededor de 90.000 turistas por este encuentro deportivo.

Con eso en mente, armamos una guía de restaurantes en Santiago, sin orden, pero imprescindibles si hablamos de turismo gastronómico.

 Una ruta que debes tener a mano si quieres darle una probadita a la escena gastronómica local.

Bocanáriz

Chile es un gran productor y exportador de vinos y, como decimos aquí. “si a Chile vino y se fue sin tomar vino… ¿a qué vino?”.

Y un muy buen lugar si quieres saber más de los valles y estilos del vino nacional es Bocanáriz, el wine bar, restaurante y tienda de vinos del turístico barrio Lastarria.

El mismo que en 2013 la revista especializada Wine Spectator destacó por tener una de las mejores cartas de vinos del mundo.

De hecho, cuenta con cerca de 280 etiquetas, 25 de ellas por copas, que provienen de un wine dispenser con capacidad para 35 botellas.

Es más, ahí encuentras 12 “vuelos”, que son degustaciones de 50 cc que te permiten probar qué está pasando en la escena vitivinícola local, en términos de historia, tendencias, territorio y vanguardia, por ejemplo.

Uno de los favoritos es Vuelo Chile Patrimonial ($ 6.900), que incluye un Semillón de Carmen D.O. Quijada, del Valle de Colchagua; un País, de Maturana Wines, de Paredones, y un Carignan, Undurraga, Vigno del Maule.

También el de Vinos de autor ($6.300), con Viognier Jacinta de Javiera Ortuzar, Colchagua; el Cinsault Imaginador de Pedro Parra, de Itata; y el Merlot Lugarejo, de Colchagua.

Además, encuentras opciones para picar o compartir, como las empanaditas de carne mechada ($ 9.400 las cuatro).

Y si prefieres un plato, prueba la malaya de cerdo ($ 13.900), con vegetales asados, kimchi y puré de cebolla.

Y ya que hablamos de vino y barrio Lastarria, un bonus track: Wine Rebels, una barra de vinos independientes, con copas desde $ 3.500, a cargo de Nadia Parra Monroy.

Funciona de jueves a sábado, entre las 5 PM y 10 PM, en Gabilondo Pizzería. Puedes ver todo el detalle aquí.

El Portal Ex Bahamondes

Si hablamos de mordiscos que son emblema patrio, la sanguchería y el completo son parte indiscutible del corazón de la cocina nacional.

Por lo que pasar por El Portal Ex Bahamondes se hace justo y necesario para entender el sabor local.

Si bien en el Portal Fernández Concha, ubicado frente a la Plaza de Armas, el Km 0 de Santiago, hay varias picadas para comer completos, el original es el El Portal Ex Bahamondes, cuna del auténtico completo italiano.

De hecho, fue Eduardo Bahamondes quien en 1930 abrió, según los registros, un quiosco modesto en la afueras del Portal Fernández Concha y que inicialmente bautizó como Quick Lunch Bahamondes.

Ahí, inspirado en el hot dog, servía este pan alargado, con salchicha, al cual sumó ingredientes como palta, tomate y mayo.

Es decir, el completo italiano ($ 3.500), el mismo que hoy sigue siendo la estrella de El Portal Ex Bahamondes, como se llama hoy este local, que ya está cerca de los 100 años de vida.

Y es que son varios los detalles que hacen de este completo un imprescindible. Partiendo por el pan, crujiente, imposible más fresco, que es del día y que antes se horneaba ahí, y ahora se hace en el subterráneo de Ravera, local hermano que también está en el Portal.

Además de su mayo casera, que es de papa, mucho más cremosa, adictiva, aunque también puedes pedir la tradicional.

Puedes ver una selección con los mejores completos de Santiago aquí.

Pulpería Santa Elvira

Pulpería Santa Elvira partió como un secreto, una joyita escondida, para pasar a ser un restorán que acaba de cumplir cinco años, ubicado en una preciosa casona patrimonial de barrio Matta Sur.

De esas coloridas, de fachada continua y una terraza de baldosas rojas, con vista a la cocina donde brilla un parrón.

Y en “la pulpe” se cocina con mucho amor, como dice un cartel que es parte de la estética vintage, acogedora y amorosa, que brilla en este lugar. Como para sentirse en casa.

Y uno de nuestros restaurantes en Santiago escogidos no sólo por la estética y estar inserto en un barrio patrimonial, sino también por la cocina de  Javier Avilés, antofagastino que trabajó 14 años en Buenos Aires.

Una cocina que tiene esa nostalgia del reencuentro. De autor, con productos de temporada, cuidadosamente escogidos, que hablan de territorio.

De hecho, la carta es acotada, con cuatro entradas, cuatro fondos y tres prostres, todo anunciado en una pizarra.

Puede tocarte, por ejemplo, Once comida ($ 8.500), con panera con una mini marraqueta, dobladita y sopaipilla, para untar en un queso de cabeza con la textura de una terrine, por ejemplo.

También crema de almejas ($ 9.000); o pantrucas ($ 12.500), con berenjenas ahumadas.

Monte Rosa

¿Un lugar que abra hasta tarde? Monte Rosa no sólo es una entrañable picada familiar con más de 50 años de historia a pasos de Av. Alameda.

Además,  abre de lunes a sábado de 1 PM hasta las 3 AM, cosa difícil de encontrar en Santiago.

Y tiene ese aire de bar de toda la vida, atendido por sus dueños, la señora Sara Jaques Araya y su esposo Reinaldo Rodríguez, más miembros de la familia, como Eugenia, la hermana de Sara.

Lo que rige en el día son las alternativas de menú (desde $ 5.000), con pancito, pebre y todo el sabor de la cocina casera chilena, como pantrucas, porotos con mote o cazuela.

Además de las cañitas como la cola de mono ($ 2.500), presente todo el año. También terremoto ($ 3.000), una cañita de borgoña ($ 3.400), con frutilla o chirimoya según la temporada, o una imbatible Malta con huevo ($ 6.000 en tamaño grande).

Y que puedes acompañar de su sanguchería campeona. Como el completo (desde $ 1.700), en el que la vienesa se pasa primero por una antigua plancha italiana y luego se cuece con el caldo de la cazuela. Puro amor, imposible más rico.

Un lugar qur también es parte de una tradición que amamos en Chile, las fuentes de Soda, como la Fuente Suiza; El Munich: La Antigua Fuente o si prefieres una versión remasterizada, el Ciro’s en El Golf.

Puedes ver un especial de fuentes de soda en el centro de Santiago aquí.

Squella

Chile es reconocido por la calidad de sus productos del mar y Squella, en el barrio Brasil, es un deliciosa vitrina y lugar ideal si quieres darte un patache marino.

Hablamos del local que funciona desde 1974 en una casona de Av. Cumming, donde encuentras un espacio interior con cocina a la vista en el tercer piso, además de un rooftop especialmente calefaccionado, donde puedes ver el atardecer.

Terraza ideal para probar las ostras de Chiloé ($ 13.900 las 18 unidades), de calibre mediano, recién abiertas; o las almejas ($ 13.500), que llegan con salsa verde, cebolla, cilantro, aceite, limón, sal y pimienta.

También la media langosta ($ 39.900), que viene con un delicioso risotto de camarón; o los picorocos ($ 11.990), una maravilla difícil de encontrar en otros lados, que vienen fritos con salsa tártara.

Otro bonus track: las machas a la parmesana y el pastel de jaiba, fueron incluidos recientemente por la guía gastronómica Taste Atlas.

Este último como uno de los 10 platos de cangrejos mejor valorados del mundo. Mira aquí donde probarlos. 

Liguria Lastarria

Bar Liguria es el boliche con más de 30 años de historia y cuatro locaciones. La última de ellas abrió en la esquina de Lastarria y Merced.

Se trata de un Inmueble de Conservación Histórico, la Casa Valdés Freire, proyectada en 1906 por Alberto Cruz Montt, el mismo detrás de La Bolsa de Comercio y el Club de La Unión.

Ahí, cada rincón tiene una estética particular, con guiños y homenajes a la cultura pop chilena, interiorismo a cargo de Bazar de la Fortuna.

De su carta, imperdibles son la cazuela de vacuno ($ 12.400), con su ají verde; y la mechada con tallarines ($ 15.200), que puedes acompañar de la jarra de borgoña ($ 15.900).

Y si tradición se trata, prueba el Cacique Maravilla ($21.900), vino tinto natural de Yumbel, mezcla de Cabernet Sauvignon, País y Malbec. Queda de lujo con la pichanga ($ 13.700); o la plateada con charquicán ($ 16.800).

Demencia

Si buscas ambiente, juego, magia, entonces tu lugar es Demencia.

Es el gastrobar en Vitacura de Benjamín Nast, premiado cocinero de la escena local, que en 2021 se reinventó asociándose con el Grupo Jardineros, los mismos detrás del Jardín Mallinkrodt

E resultado es un lugar que sorprende por su estética, una gran carpa circense, inspirado en restaurantes como lo que fue Tickets de Albert Adrià, y donde todo puede pasar.

Ojo que tiene dress code, no se admiten shorts, jockey y las poleras sin manga, por ejemplo.

Mientras que su cocina tiene la técnica e inspiración propia de Nast, chef que estuvo detrás del premiado DePatio, que se prepara a reabrir.

Además del uso de ingrediente local y de temporada y que puedes probar en platos como los Taquitos Dementes ($ 9.000), de pescado de roca cremoso de palta y shichimi, condimento típico japonés hecho ahí mismo.

También las ostras, como la thai ($ 2.000), con salsa de curry verde, coco y hierbas, o la ponzu ($ 2.000), con salsa ponzu y perlitas de tapioca.

Prima Bar

Prima como materia prima, es el nombre de este bar en Providencia, que gira en torno al respeto en los ingredientes, cuidadosamente seleccionados, y donde todo, desde la charcutería hasta el hielo perfecto que llega en cada cóctel, se hace en casa.

Su elegante barra y terraza tienen esa mezcla de tendencia, pero sin dejar de ser el sitio perfecto para disfrutar la tarde, a tu ritmo. Ahí, brillan los fermentos y las infusiones caseras. 

Además, tiene el sello de Kurt Schmidt, el mismo chef detrás 99 Restaurante, que fue parte los Latin America’s 50 Best Restaurants, y que se prepara a reabrir en CV Galería.

Y si bien se luce su coctelería de autor, no deja de tener sabor nacional, como el Deshuesado  ($7200), con pisco añejado, mix de jugo de huesillo y maracuyá, con un toque de limón; o el Prima Sour ($ 6.200), con el pisco macerado del día, syrup y mix de limón.

Los puedes acompañar de la Chorrillana Prima ($ 9.900), uno de los hits del lugar, con cola de buey, papas tempura y cebolla encurtida; o la Provoleta ($ 6.900), hecha a las brasas, con tomates cherry confitados, pesto de albahaca y frutos secos, acompañada del pan de la casa.

También hay opciones veganas, como las verduras asadas y hummus ($ 6.800), que es un mix de vegetales baby asados, todo untable en hummus; y los hongos asados ($ 8.500), Portobello y champiñón ostra asados, más  Paris confitados, que vienen con un hummus de arvejas, aceite de clorofila, paté de hongos y polvo de pino.

Yum Cha

A la hora de hablar de tendencias, de lo que está pasando en la escena gastronómica de Santiago, no puedes dejar de visitar Yum Cha.

La cocina en Providencia de Nicolás Tapia, uien estuvo a cargo de restaurantes como el Alegre, en el Hotel Palacio Astoreca, de Valparaíso.

Una cocina donde el té es esencial. De hecho, Yum Cha quiere decir “tomar té” en cantonés, concepto que hace referencia a una de las tradiciones más antiguas y significativas en China, donde beberlo es toda una ceremonia, ligada al disfrute de la belleza y lo cotidiano.

Si bien ahora también se puede pedir a la carta , lo que rige en este lugar es un menú de 10 pasos ($70.000), de sabores y técnicas asiáticas, combinadas con productos locales, que puedes maridar sólo con té ($ 15.000). La experiencia, te lo dice alguien que ama el vino, de verdad vale la pena.

También es posible elegir el Maridaje Ganbei ($ 30.000), de cinco tipos de té y cinco tipos de vino.

De los platos de la carta, puedes probar el Chaofan de mariscos ($ 19.000), arroz frito con ostiones, machas, caracol, camarón de roca y piure; o kale, tofu y pistacho ($ 12.000), una ensalada de kale asado, con pistacho y limón, más aderezo césar asiático, sin lácteos, de poroto de soya y tofu frito.

También Congrio bok choy brocoli y pimienta de sechuán ($ 14.000), un congrio frito al wok, con bok choy y brócoli salteado, espuma verde de espinaca más anchoas y pimienta de sechúan, que le da un toque dulce y picante a la vez.

Cora Bistró

En Providencia se encuentra Corá Bistró, un local para el que tienes que hacer reserva y donde no caben más de 24 personas.

El que además debes seguir en Instagram, porque siempre pasan cosas, como pop up, Dj’s, cocineros invitados, por ejemplo, que se anuncian por esa red social.

Y es otro de esos restaurantes en Santiago imperdibles si quieres estar al día con la escena gastronómica local.

Aquí, la cocina está a cargo de Manuel Balmaceda, el Manu, joven chef, inquieto y movido, que trabajó con Gatien Demczyna, chef con dos estrellas Michelin en el restaurante Le K2 Altitude, en Francia, y en Santiago en lo que fue Casa Esmeralda.

lo suyo es una carta corta, bien de temporada, con especial cariño al producto y preparaciones que no dejan de tener un guiño al guiso de toda la vida.

Cocina emotiva, con su toque de autor, como los locos mayo ($ 13.000), ensaladita de locos, con espárragos, palta y rabanitos, más una espuma de locos.

También el Tártaro de pescado ($ 13.000), cortado a cuchillo, con alcaparras, ají verde, apio y rabanitos, cubo de pan brioche tostado en mantequilla noissette, y yema de corral confitada en aceite de ajo.

Otro imperdible es el gratín de cochayuyos ($ 13.000), un pino de cochayuyos con queso de cabra, cubierto de láminas de papas nativas y gratinado con parmesano, acompañado con una ensaladita de hojas.

Además de la Lengua y coliflor ($ 16.000), lengua blandísima, hecha a baja temperatura y sellada al sartén, servida con puré de coliflor a la mantequilla, arvejas peladas y salsa bordelesa, clásica francesa, en base a vino tinto, caldo de carne y mantequilla.

Ojo con su selección de vinos naturales y muy buena coctelería.

Ambrosía Bistró

Es el restaurante que abrieron a mediados de 2017 en Providencia la sommelier Rosario Onetto y Carolina Bazán, más conocida como “La China”, elegida como la mejor chef de Latinoamérica en 2019 en los Latin America’s 50 Best Restaurants. 

Y la gracia de este lugar es el concepto: bistronomía, en el que la técnica, el sabor y la alta gastronomía, van a ligada a precios más convenientes.

Prueba el tiradito ($ 15.500), por ejemplo, de pesca del día, leche de tigre, puré de palta, ají amarillo y quínoa crispy.

También la Burger doble ($ 12.000), una hamburguesa hecha por manos maestras, es decir, en un bao casero que luego se fríe para darle aún más sabor, con dos hamburguesas caseras jugosas de 130 grs, queso mantecoso, pepinillos y lechuga.

Viene con papas fritas también caseras y ketchup hecho ahí mismo. ¡Una delicia!

Persa Bio Bío y barrio Franklin

La historia de barrio Franklin parte en 1847 con la instalación del Matadero Público en la calle del mismo nombre, donde actualmente es un centro de abastecimiento con distintas cocinerías que probar.

Un barrio popular, cargado de identidad, que reúne cultura, arte y gastronomía, que hoy es el principal mercado de antigüedades de Santiago.

Todo los los fines de semana ahí abre el Persa Bio Bío, barrio con galpones de antigüedades y restaurantes que constantemente se están renovando.

Imperdibles como Demo, Calambur, Willimapu o el Franchute del Barrio. Puedes ver un especial de picadas del barrio aquí.

También Factoría Franklin, donde encuentras variedades de gin artesanal y locales como La Vermutería del Pobre Vermut: Barra de Pickles con sus sánguches, pichanga y picoteos; o el ramen de Mirai Food Lab

Además, de locales que son puro patrimonio y encuentras abiertos en la semana.

Panadería La Superior

Panadería La Superior tiene más de 100 años de historia en la esquina de Av. Santa Rosa con Franklin.

Y es conocida por sus marraquetas ($ 2.250 el K), un clásico chileno, hechas de forma totalmente artesanal, en horno chileno.

A las 6 AM comienza a salir la primera horneada. La segunda horneada es de 11 AM a 2 PM. Luego, el horno se apaga.

Además, ahí a partir de las 7.30 AM, puedes tomar desayuno con marraquetas recién hechas. Más una paila ($ 1.750), con dos huevos; o con dos huevos y jamón ($ 2.300). Té ($ 500) o un té con leche ($ 600).

El Parrón

El Parrón es una joyita, picada entrañable en barrio Franklin, específicamente en Av. Santa Rosa, casi en la esquina con Franklin, dentro de una casona antigua, típica del barrio, con jardín interior y un gran parrón al que debe su nombre.

Además de un salón que parece detenido en el tiempo y donde atiende hace 21 años Mario Riquelme, de 80 años y Andy, su hija a quien encuentras en la barra.

Ahí puedes probar deliciosa cocina chilena, como la cazuela ($ 4.800), que puede ser de vacuno o de osobuco, y  viene con ensalada; o el conejo escabechado ($ 8.000), que viene con cremoso puré

También el arrollado ($ 5.200), con papas cocidas, que tal como las prietas con nueces ($ 5.900), don Mario manda a hacer a una carnicería del barrio, para que tengan ese saborcito casero, en tripa de cordero, nada de plástico. Pesan casi un kilo y se sirven con papas cocidas.

Además del terremoto ($ 3.500), típico trago chielno, que en El Parrón hay todo el año.